La elegancia como seña de identidad

Cuando descubrí a María buscando por internet una diseñadora para mi vestido como madre de la novia, tuve un buen feeling, ya en la distancia. Esto se hizo realidad cuando tuvimos el primer contacto y fue muy sencillo expresarles mis deseos.

Tanto ella como Rosa ,los mejoraron y los convirtieron en realidad aportando su profesionalidad, elegancia y buen gusto. Además, querría destacar la facilidad y flexibilidad en la organización de las pruebas y la atención a los pequeños detalles. Todo esto, unido a la pasión y el cariño, con las que disfrutan y realizan su trabajo, tiene como resultado el maravilloso vestido que podré lucir en la boda de mi hija.

Marisa Ruiz

Cuando las cosas se hacen con amor

Mi experiencia con María y, por supuesto, con Rosa ha sido absolutamente maravillosa. Desde el primer momento, cuando nos conocimos y le transmití mi idea, hubo una conexión, y percibí lo que luego se hizo realidad al elegirla. A la hora de elegir, María, proponía entre telas, materiales y diseños con mucha calidad y mucho estilo y gusto. María puso pasión y amor desde el principio hasta el final, siendo el vestido un gran tesoro para todos.

Fue capaz de captar mi estilo sin aún conocernos demasiado, y en cada prueba proponer, aportar y conseguir hacer más maravilloso y más personal el vestido según pasaban los días. La experiencia en cada prueba es absolutamente genial, nos sentimos en familia, pudiendo disfrutar y vivirlo con amor y respeto. Ha sido algo que he vivido con ellas, con mi abuela y mi madre, y va a ser uno de los recuerdos más bonitos de mi vida. Agradecer, por supuesto, a las dos, la profesionalidad, la flexibilidad, la pasión, el cuidado, los acabados y los detalles perfectamente realizados, y las sorpresas que hacen que el vestido sea único y le dan un sentido cuando está terminado. Repetiría, y repetiré, para el resto de momentos importantes de mi vida con ellas, seguro. Gracias en mayúsculas por tanto

Mónica Bravo

Gracias de corazón

Solo puedo dar las gracias a María Gadea por hacer el vestido de mis sueños. En todo momento me sentí segura, feliz y disfruté durante todo el proceso. Me entendió a la perfección y sacó la idea más original y más yo que pude imaginar. Gracias por todo

María Cabanillas

La exclusividad de cada diseño

Adentrarse en el atelier de María Gadea es descubrir un mundo poético donde los bordados, los detalles, los lazos o los plisados van añadiendo musicalidad al vestido al tiempo que sus telas en organza, gasas de seda, rafia o lino aportan carácter a sus formas. Este juego de materias y detalles ofrece una muestra infinita de sensaciones de las que se sirve su equipo para realizar sus exclusivas propuestas.

Aquí los acabados son impecables y los detalles escapan al azar. El vestido desvela, entonces, la delicadeza con la que se narra la historia de cada novia durante ese fabuloso proceso de creación. El primer encuentro con la diseñadora, la complicidad que da paso a la confianza, la sensibilidad con la que se trabajan los vestidos a mano, y el ambiente romántico que emanan de sus modelos invitan a participar de un fabuloso viaje que convertirán su confección en una inolvidable experiencia.

Marie Claire